Cuando trabajamos con fluidos es más importante conocer la presión que ejerce el fluido que la fuerza en sí misma.
La presión es una magnitud física que relaciona la fuerza que se ejerce sobre un cuerpo con la superficie sobre la que se reparte esa fuerza.
Para que lo entiendas bien, imagina la siguiente experiencia:
- Una persona de 53 kg de masa te pisa con una zapatilla deportiva.
- La misma persona te pisa con el tacón de un zapato de los de tacón de aguja.
¿En qué caso crees que te hará más daño?
Probablemente no tengas inconveniente en admitir que en el segundo caso. Y eso es, sencillamente, porque aunque en los dos casos se ha hecho sobre ti la misma fuerza (el peso de la persona), no has soportado la misma presión.
En el primer caso el peso se ha "repartido" por toda la superficie de la zapatilla, mientras que en el segundo caso, también se ha "repartido", pero sobre la superficie mucho menor del tacón de aguja.
Comprenderás que, cuanto mayor sea la fuerza ejercida y menor la superficie sobre la que se reparte, más grande es la presión que se ejerce.